martes, 21 de mayo de 2013

Himno de Risaralda

Salve, recia fusión poderos
de civismo, de brazo y montaña
que forjó con arcilla de ancestro
inmortales perfiles de estatua.
Risaralda, con casta de hidalgos, cumplirá - juro a Dios - su palabra
en jornada tenaz sin fatiga,
y en función permanente de Patria.
I
Fiel retoño de cepa labriega en vivero de Pueblos de Caldas,
conquistando futuro y espacio para el vuelo cautivo en sus alas,
una aurora inicial de febrero arrogante surgió Risaralda,
con honesta esperanza de surco y rumor de oraciones y fragua.
II
No fue el odio que todo destruye agresiva razón de su causa;
fue el anhelo de ver la semilla convertida en dorada abundancia,
y triunfante la airosa bandera que en abrazo fraterno formaran
sus catorce lucientes estrellas Sobre verde de mapa y labranza.
III
Más justicia, más paz, más trabajo más cultura, más luz y enseñanza
 y más leña avivando la lumbre hacendosa en la humilde cabaña,
 es la ley natural que persigue como meta final de su marcha, 

esculpiendo su joven historia con orgullo, tesón y confianza

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